Este artículo te interesará si
quieres aplicar el módulo a tu vida. También será el más técnico (y
aburridillo) de todos los que pienso escribir, sólo lo recomiendo si estás
motivada.
Por lo demás voy a intentar que
sea claro, rápido y fácil.
Pues bien, nos quedan seis técnicas
a añadir a las seis que ya conocemos. Después de conectar el cielo y la tierra,
se hace un segundo estiramiento. En un cuerpo que no está estirado, la energía fluye con dificultad, lo que se nota en el
agarrotamiento y poca flexibilidad de los músculos.
El estiramiento abdominal crea espacio y relaja este
importantísimo centro del cuerpo. Es
un estiramiento que, además de a nosotras, les viene genial a las mujeres que
todavía tienen la regla –pasarle el truco a vuestras amigas en fase
reproductora.
1) Estiramiento
abdominal con silla o similar.
Apoya tus manos en el respaldo de
una silla con los brazos estirados, alternativamente puede ser un saliente que
esté más o menos a la altura de tus hombros o cualquier cosa que te sirva para
apoyarte con los brazos estirados (sin tensar y sin descargar el peso del
cuerpo en los brazos) y mantener el equilibrio.
Una vez apoyada, mira hacia
arriba y estira suavemente el cuello hacia atrás, luego estira la pierna
derecha hacia atrás, sin doblar la rodilla. Es como hacer una especie de arco o
una luna creciente. Nota el estiramiento, pero no fuerces.
¡No te olvides de respirar!
Vuelve tu pierna derecha al
centro y estira la izquierda. Hazlo una vez por pierna o varias veces si te
apetece.
2) Limpieza
del meridiano del bazo.
El meridiano energético del bazo
(recordar que el bazo es un órgano de nuestro sistema linfático, relacionado
con la detoxificación y el mantenimiento del sistema inmune) casi siempre
necesita que lo fortalezcan y una manera de hacerlo es limpiándolo, lo que se
hace recorriéndolo con las manos lentamente (y sin necesidad de presionar) una
vez hacia atrás y tres veces hacia delante.
El procedimiento es el siguiente:
Empiezas de pie, poniendo las
manos planas a los lados del cuerpo, con los dedos apuntando hacia abajo y sus
puntas rozando la cintura.
Inspira y sube las manos planas por los costados hasta que
llegues más o menos a rozar las axilas con la parte de arriba de la palma (los
dedos siguen mirando hacia abajo).
Espira y baja las manos de nuevo por los costados, en la
cintura mueve las manos para que pasen por delante de los huesos de tu cadera
hacia las ingles y luego sigue por la parte interior de tus muslos y piernas.
Con las manos siempre planas y
los dedos algo separados, tendrás que doblarte por la cintura para seguir
bajando hasta los pies.
Cuando llegues al tobillo sigue
avanzando por el interior de tus pies hasta salir
por el dedo gordo.
Inspira y haz el mismo recorrido al revés. Es decir, interior
del dedo gordo, interior de los pies, piernas, muslos, paso a las ingles,
llegada a la cadera, paso a los costados, seguir hasta rozar la axila y bajar las manos hasta que la punta de
los dedos roce la cintura.
Espirando, dóblate de nuevo por la cintura e inspirando, repite el mismo recorrido de abajo hacia arriba desde
el dedo gordo.
Hazlo una tercera vez, empezando
de nuevo por el dedo gordo.
Resumiendo, es una vez de arriba hacia abajo y tres veces de abajo hacia
arriba.
Después se dan unos golpeteos
durante diez segundos en los puntos reflejos neurolinfáticos del bazo -debajo
de los pechos, en línea recta con el pezón-; seguidos de diez segundos de
golpeteos en los puntos de acupresión del bazo -en el costado, bajo las axilas,
a la altura del pecho-.
Estos golpeteos forman parte de
los tres golpes y podéis verlos en el video de 5 minutos de rutina
energética diaria.
3) Respiración
de diafragma.
Es un ejercicio que activa tu centro
y es posible que cuando lo hagas sientas el calor que irradia. Donna
Eden comenta que la respiración de
diafragma ayuda a oxigenar todo el cuerpo, además de mejorar la
coordinación y eficacia del sistema
hormonal.
Coloca tu mano izquierda plana y
estirada (puntas de los dedos hacia la derecha) en el centro de tu tórax, sobre
la zona correspondiente al diafragma.
La mano está bien colocada si el
dedo meñique se encuentra por encima del ombligo, lo que sitúa la palma a medio
camino entre la tripa y el pecho; pon la mano derecha encima (con las puntas de
los dedos hacia la izquierda).
Los codos se acercan al cuerpo,
como si te abrazases.
Una vez en esta posición,
inspiras hinchando la tripa y mantienes una presión suave pero firme con las
manos, retén el aire lo que puedas y te sea cómodo. Pueden ser tres segundos o
diez y con el tiempo podrás aumentar la retención, pero al principio ve
despacio y sin exagerar.
Terminada la retención aflojas la
presión de las manos y espiras, relajada (comprueba que no estás tensando los
hombros o la nuca y el cuello; una manera de relajar esta zona es sonreír).
Repites dos veces más la inspiración
con presión de las manos/retención del aire seguido de espiración.
4) Conexión pineal-pituitaria-hipotálamo.
Vas a trabajar sobre dos puntos
reflejos neurovasculares que aumentan el flujo sanguíneo en este importantísimo
eje glandular regulador de prácticamente todas las hormonas del organismo.
También ayuda a reducir el estrés
y, además de ser parte del módulo energético menopausia, lo puedes combinar con el estiramiento de
coronilla y los tres golpes en caso de necesidad puntual (te sientes deprimida
y/o estresada).
Como ya he comentado
anteriormente, todos los ejercicios del módulo puedes usarlos solos o en
combinación para equilibrarte rápidamente en todo tipo de situaciones.
Practicándolos descubrirás cuáles te vienen mejor y te gustan más.
Volviendo a nuestro ejercicio de
conexión: para localizar el primer punto coloca una mano con la palma centrada
sobre tu frente y los dedos sobre la parte superior de la cabeza, allí donde
toca el dedo corazón estirado está el primer punto.
Puedes notarlo doloroso.
Vas a presionarlo con un grupo de tres dedos, juntando los dedos
pulgar, índice y corazón de tu mano derecha.
Simultáneamente, vas a juntar los
mismos dedos de tu mano izquierda y presionar justo sobre la curva que está
detrás de la parte superior de tu cabeza, más o menos en línea recta con el
primer punto, pero hacia atrás.
No te preocupes excesivamente por
hacerlo exacto… tus manos saben más o menos dónde hay que ir.
Presiona ambos puntos durante
tres respiraciones calmadas y profundas.
Después aplana la mano derecha de
manera que la palma quede sobre tu frente y la yema del dedo corazón sobre el
punto (es lo que hiciste al principio para localizarlo). Relájate en esta
posición durante otras tres respiraciones, la mano izquierda reposando al lado
del cuerpo.
5) Amanecer/Ocaso.
Un ejercicio muy interesante, que
también se usa en el yoga y que ayuda a estabilizar la presión sanguínea, tanto
si es baja como si es alta. Como a muchas mujeres en la cincuentena se les
diagnóstica una presión ligeramente alta (lo que se suele aprovechar para
medicarlas durante el resto de su vida, si no se había conseguido ya por otro
lado), no necesito explicar su interés.
Empiezas de pie, con los brazos
relajados en los lados del cuerpo y las palmas abiertas hacia delante.
Inspirando, levantas los brazos
por encima de tu cabeza dibujando un círculo y te imaginas que sujetas el sol que ha salido o un globo (las
palmas de tus manos se miran y hay un espacio grande entre ellas donde se
encuentra el círculo del sol).
Respira un par de veces o más si
te encuentras cómoda, tal vez notes el calor que empieza a fluir entre las dos
palmas enfrentadas.
Después te imaginas una cuerda
que viene del cielo y estirando un brazo la agarras
y tiras hacia abajo, mientras esta mano desciende, alargas la otra mano para agarrar la misma cuerda y tiras
asimismo hacia abajo. Lo haces varias veces alternando las manos.
Finalmente, con los brazos que
siguen por encima de tu cabeza, vuelves las palmas hacia afuera y espirando
bajas los brazos haciendo un círculo hasta dejarlos estirados a los lados con
las palmas mirando hacia la tierra.
Es el ocaso.
6) Cremallera con conexión.
La cremallera te cierra a
las energías que no te convienen… o lo que es lo mismo a las miradas
desagradables, los comentarios hirientes, los pensamientos despreciativos –de
los otros–. Además de en el módulo, lo puedes hacer cada vez que te sientas
vulnerable y es muy aconsejable enseñárselo a tus hijas adolescentes que
–aunque nadie hable de ello– tienen muchas posibilidades de ser agredidas
visual y/o verbalmente en clase y cada vez que pisan la calle o cogen el metro.
Coloca las dos manos sobre el pubis y súbelas por el
centro de tu cuerpo terminando en el labio inferior. Repite el movimiento tres veces.
Si quieres
puedes incluir una afirmación, aunque no es obligatorio.
Terminas con la conexión:
coloca el dedo medio de una mano en el tercer ojo (entre las cejas) y el de la
otra mano en el ombligo.
Presiona ambos dedos hacia dentro y hacia arriba.
Inspira y espira profundamente mientras mantienes la posición entre 15 y 20
segundos.
La conexión activa el flujo energético entre la parte
anterior y posterior del cuerpo, te fortalece a nivel energético (lo que te
hace más apta para defenderte) y mejora la coordinación general.
Y hemos terminado.
Las doce técnicas del módulo menopausia pueden cambiar
tu vida. Por los comentarios que me han hecho distintas mujeres y mi propia
experiencia sé que pueden producirte un gran efecto de forma inmediata.
También puedes no sentir gran cosa al principio, pero
en la mayoría de los casos y puesto que los efectos son acumulativos, notarás
un gran equilibrio y claridad mental en unos pocos meses.
Si le cogéis
manía a alguno de los ejercicios saltároslo, es posible que vuestro cuerpo
no esté preparado para hacerlo por el momento y siempre lo podréis incluir
cuando os venga bien.
Recordar que no hay una manera de hacer bien
las cosas si no que cada cual debe encontrar su manera de hacerlas.
Para ojear mis otros libros y saber más sobre mí puedes ir AQUÍ.
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