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miércoles, 20 de febrero de 2013

1. El porqué de este blog sobre la menopausia.




Mi última regla terminó un 7 de agosto. Aquel fue el día de mi menopausia. Entonces no lo sabía todavía, pero como ya tenía 52 años y llevaba dos con pequeños desarreglos menstruales (que no me habían molestado en absoluto) había empezado a consultar las páginas web en busca de una información inicial con la idea de empezar a prepararme para la nueva etapa de mi vida.

Lo que encontré no me gustó. 

Y es que yo tenía la idea de que la menopausia era el inicio de una fase importante y natural en mi vida, es más, que era el inicio de un tiempo de poder y conocimiento. Me encontré con la típica explicación de la deficiencia de estrógenos y de los síntomas que esta supuesta deficiencia produce, amén de las interpretaciones con autoridad médica refiriéndose a “los desequilibrios hormonales” y a que nos quedamos “sin la protección de las hormonas”.

¡Ah, sí! Y los tratamientos hormonales disponibles más los consejos en tono paternalista.

Es decir, que en el año 2013 cuando escribo esto, y a pesar de todos los comentarios sobre “lo natural del proceso”, se sigue considerando la menopausia como una enfermedad. Se sigue ignorando la sabiduría del cuerpo y, en este caso, la del cuerpo femenino. Se sigue asumiendo lo mismo que se ha asumido en los últimos treinta años, a partir del desarrollo en los años ochenta de la terapia sustitutiva hormonal –un jugosísimo negocio, por cierto–: que la mujer a partir de los 50, o incluso antes, es “deficiente”.

La doctora Mary Anderson (1) se preguntaba en 1983: “¿…deberíamos considerarla (la menopausia) un estado deficiente como la diabetes, donde falta insulina y puede administrarse para mantener el equilibrio del cuerpo? Y la respuesta era: el pensamiento más reciente favorece este enfoque.

Enfoque que sigue predominando. Tal vez por eso, la doctora Carmen Menéndez, en una entrevista del 10 de enero del 2013 (2) asegura que si ella pudiese elegir, elegiría “no tenerla (la menopausia)”.

Afortunadamente hay libros excelentes sobre el tema, escritos por mujeres y que iré mencionando, pero sobre todo, lo que quisiera es dar una primera información alternativa al tema de la menopausia. 

Una información que hable de la sabiduría del cuerpo femenino y de las hormonas –son muchas más que el estrógeno– que participan en el exquisito baile que nos prepara para los próximos treinta a cuarenta años de nuestra vida. Son demasiados años como para que la idea de la naturaleza fuera abandonar el cuerpo y el espíritu al estado de declive que se presupone, más o menos abiertamente, en nuestras sociedades de orientación masculina. 

Sin contar con que el baile puede empezar hasta unos diez años antes del día M y que si se entendiera como lo que es, ahorraría problemas de tiroides, depresión y ansiedad a muchas mujeres en lo que tendría que ser su espléndida cuarentena.

Sin embargo esta información no se suele tener, porque la menopausia no es algo de lo que se hable ni que interese hasta que, coincidentes con la edad, empiezan las irregularidades en el ciclo menstrual. 

Esto es así porque la mujer tiene miedo. 

Miedo a estar enferma debido a las supuestas deficiencias, miedo a perder su atractivo, su libido, sus huesos, miedo a envejecer. No es extraño entonces que decirle a alguna bella cuarentona que sus problemas de tiroides y descenso en los niveles de progesterona son llamadas de atención pre menopáusicas produzca una reacción de enfado, del tipo ¡a mi todavía me quedan años para… eso!

Sin contar con que la asunción de la decadencia está perfectamente implantada en los códigos mentales femeninos, lo que pude ver hace poco cuando una interesante señora en la mitad de la cuarentena -y que, en su caso, todavía ve lejísimos eso de la menopausia- me dijo toda convencida: “La vejez es un proceso natural que hay que aceptar”. Cierto… lo que ella todavía no sabe es que la vejez no empieza con la menopausia, ni es ese el plan natural, sin embargo, es lo que en el fondo se piensa en nuestra sociedad –y por tanto también lo piensan las mujeres. 

Iré tratando una detrás de otra las suposiciones y asunciones en las que se basa el pretendido declive femenino. Asunciones y suposiciones que, vistas de cerca, se quedan en muy poco, además de que están basadas en datos extraídos del contexto de la vida, de los ciclos y de la naturaleza. O en otras palabras, despojados de toda su inteligencia femenina.

También hablaré de técnicas y recursos que, en su mayoría, he experimentado personalmente y me han funcionado. Y daré las informaciones que considero imprescindibles, aunque a veces vayan en contra de lo generalmente admitido. Aquí es importante que tengáis claro que me dirijo a mujeres adultas, responsables de su vida y de sus decisiones, que no están gravemente enfermas ni sufren de trastornos psicológicos o emocionales peligrosos. Los útiles que propondré son a utilizar usando el sentido común y bajo vuestra propia y única responsabilidad.

Finalmente me gustaría que esto fuese un foro abierto para aquellas que quieran participar contando sus experiencias, sus miedos y lo que les funcionó o no. Todas somos diferentes y lo que le sirva a una puede, o puede que no, le resulte a otra. Cuanto más sepamos unas de otras, más posibilidades tendremos de encontrar lo que nos viene bien en particular y también podremos encontrar apoyo y consuelo cuando las poderosas energías de limpieza y regeneración que se activan durante la menopausia pasen como un terremoto aparentemente destructor por nuestra vida.

Porque eso sí que hay que vivirlo. Es lo que la naturaleza ha planeado para nosotras y de cómo lo vivamos depende que nos abramos a la segunda flor de la vida –como lo describe con absoluta exactitud Donna Eden (3)– o que, efectivamente,  envejezcamos rápidamente.

Somos nosotras las que debemos elegir.

Para ojear mis otros libros y saber más sobre mí puedes ir AQUÍ.

(1) Mary Anderson. (1983)  The Menopause. Faber and Faber Limited.
(2) Entrevista en www.webconsultas.com/menopausia/
(3) Donna Eden & David Feinstein. (2012) Medicina energética para mujeres. Ediciones Obelisco

6 comentarios:

  1. Gracias Rosa! por crear este sitio donde encontramos una visión diferente de lo que se nos dice desde jóvenes acerca las distintas etapas de la vida de una mujer.
    En mi caso particular yo pase por la negación y tristeza de la llegada del día “M” antes de lo esperado, y claro fue como un rayo que te cae directo y te parte en mil pedazos...
    Luego de un tiempo llegue a la conclusión que aceptar y mirar de frente mi estado era mejor que pelear con él y desde entonces esa energía y pensamientos los puedo dedicar a otras cosas nuevas y más creativas...bueno en general tengo que decir que mis ansias de aprendizaje y de expansión a otros campos diferentes de lo que hago cotidianamente solo se han incrementado...así que estoy muy en sintonía con tus artículos, y estoy segura que es una gran aporte para todas.
    Maritza

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  2. Primero agradezco el estilo y contenido de este blog, por ser tan sencillo, sentido y didáctico. Segundo, agradezco a la vida y su sincronización la lectura de este texto, y otros relacionados, q naturalizan el proceso de la menopausia y nos hablan de toda la energía y poder q se despierta en nuestro ser mujer.gracias.

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    1. Gracias por darme tu opinión. Para mi es muy motivador ver que este blog puede servirle a otras mujeres.

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  3. Me alegra enormemente haber encontrado este blog. El día M llegó antes de lo esperado y la verdad es que me sentí abatida, acabada. Tenía asumido el concepto de quedarme "seca" para el resto de mi vida, y a la vez me enfurecía la idea de convertirme en un ser inservible, sintiendo en realidad todo lo contrario, estoy genial de físico y de mente. Gracias por exponer lo que en el fondo pensaba y animarme a pasar por encima de lo que la sociedad dicta. Por cierto, he incorporado las técnicas que nos recomiendas y va estupendamente. Un saludo.

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  4. Gracias por compartir tu experiencia. Saber que lo que escribo tiene una real utilidad par otras mujeres me llena de alegría. Un abrazo.

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